Los inversionistas, clientes, proveedores, empleados, la sociedad civil, los reguladores y los gobiernos buscan más información sobre el impacto que tienen las empresas en el mundo que les rodea y quieren saber qué está haciendo cada empresa para garantizar que sea sostenible y transparente.
Actualmente existen muchas formas de expresar e informar a la sociedad y partes interesadas sobre el estado, éxito o declive de la vida de las empresas; siendo la más divulgada la presentación de información financiera; la misma que implícitamente debe cumplir con ser comprensible, relevante, fiable y pertinente, bajo un marco aceptado. Y a la vez a nivel mundial vienen con más fuerza la incorporación de presentaciones de estrategias de negocio con criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG).
Es aquí donde la cultura de las empresas y su filosofía corporativa para la revelación de información hace la diferencia.
Existen empresas que tienen una cultura de cumplimiento, en donde la tendencia administrativa se enfoca únicamente en satisfacer el estándar requerido por el regulador y/o la normativa, y no invierten en analizar la información, involucrando su dirección administrativa a profundidad. Por ejemplo, son direcciones que no se involucran en la revelación de las notas a los estados financieros que son responsabilidad de las empresas, y por ejemplo en el caso de ESG solamente revelan memorias de sostenibilidad con mención de actos y eventos ambientales, sociales y de gobierno corporativo, sin tener análisis y auditorías que establezcan que la información y los alcances realizados, están bajo parámetros razonables. Estos son ejemplos de empresas que consideran que las revelaciones de ESG son principalmente una cuestión de proceso y en este sentido comunican únicamente la información exigida.
Por otro lado, existen empresas que se preocupan de revelar su información de manera transparente y demostrar la sostenibilidad de sus negocios; en donde la dirección tiene una cultura que busca obtener confianza de terceros usuarios de su información. Esto conlleva un trabajo más elaborado, planificación, mayores recursos, que se enfocan en el resultado; busca ganarse la confianza de partes interesadas que tienen que ver con su negocio, en donde obviamente el cumplimiento es parte de la condición necesaria para alcanzar las metas, pero por si solo no es suficiente. Esta distinción es crucial para los líderes empresariales a medida que navegan en un mundo más globalizado y que examina cada vez más sus credenciales ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), así como sus credenciales de transparencia en la información financiera.
La cultura de cumplimiento en la presentación de información podría convertirse en una desventaja considerando la demanda actual de usuarios, que no solo quieren conocer sobre temas ESG, sino conocer sobre la transparencia y sostenibilidad de los actos de las empresas. Este marco, que puede parecer sensiblemente cauteloso, plantea un riesgo significativo para ganar y mantener la confianza de los inversores y las partes interesadas. En un entorno que cambia rápidamente, donde las expectativas de transparencia y rendimiento de ESG aumentan constantemente; ciertos requisitos de divulgación no capturan completamente los impulsores del valor empresarial, y mucho menos el impacto social más amplio. Informar únicamente aquello que es obligatorio conlleva el riesgo de que los inversores y las partes interesadas no tengan todas herramientas necesarias para conocimiento, análisis y toma de decisiones.
A nivel global, sobre todo en países altamente desarrollados, se están realizando esfuerzos para cerrar la brecha entre lo que se requiere hoy y lo que se necesita para garantizar que las partes interesadas puedan estar bien informadas. Están surgiendo enfoques ampliamente confiables; aún así, el resultado sigue quedando corto. Siempre habrá datos que las empresas no tienen que proporcionar, mismos que son de valor desde alguna perspectiva para las partes interesadas. Para gestionar esa brecha, las empresas deben elegir el enfoque de mentalidad de confianza en lugar del mero cumplimiento.
¿Qué significa eso en la práctica?
Para empezar, no implica tratar a la presentación de información de las empresas como una cuestión de relaciones públicas o como un cumplimiento ante el regulador. Las empresas arriesgan la confianza de sus partes interesadas si consideran que la información se basa principalmente en encontrar los estándares más fáciles de cumplir y seleccionar métricas para contar una historia positiva y acceder a los mercados. Con el tiempo, es probable que los reguladores, los accionistas, los clientes y los empleados no vean con buenos ojos este tipo de enfoque.
Dentro de este marco, podemos hablar de tres conceptos que se destacan cuando se trata de definir una estrategia de informes corporativos que generará confianza.
La relevancia. Las personas necesitan contar con que se está transmitiendo todo aquello que necesitan saber. La información debe estar alineada con las prioridades de las partes interesadas y la estrategia corporativa, debe ser equilibrada y debe abordar de manera integral los elementos materiales.
La fiabilidad. Los datos tienen que ser correctos. Ese es un desafío reconocido cuando se trata de información financiera y más sobre información no financiera, y ha dado lugar a un sistema de captura de datos, controles y auditoría para garantizar la confiabilidad. Se necesita el mismo enfoque para la información no financiera, incluso si las habilidades para compilar, controlar la calidad y auditar los datos son diferentes.
La consistencia. Las empresas necesitan generar confianza a lo largo del tiempo, lo que significa informar constantemente y con uniformidad sobre los mismos criterios año tras año, incluso cuando los datos sugieren un desempeño más débil. También significa utilizar estándares que permitan la comparación con otras empresas, al menos dentro de un sector específico, e incluso uno ampliado.
Tomando en cuenta estos puntos, la información resultante puede ser muy beneficiosa para las empresas.
Estos tres conceptos; relevancia, confiabilidad y consistencia son la base para la obtención de información robusta. Generar la confianza de las partes interesadas requiere un compromiso profundo con cada una de ellas, y el trabajo involucrado es arduo; sin embargo, el costo beneficio de su aplicación ha demostrado ser muy superior en comparación a aquellas empresas que no se rigen aún a esta práctica. No podemos olvidar que en los negocios también se cosecha lo que se siembra.
Generar la confianza de las partes interesadas requiere un compromiso profundo con cada una de ellas y el trabajo involucrado es arduo; sin embargo, el costo beneficio de su aplicación ha demostrado ser muy superior en comparación a aquellas empresas que no se rigen aún a esta práctica. No podemos olvidar que en los negocios también se cosecha lo que se siembra.